Un potente terremoto de magnitud 7,7 sacudió este viernes el centro de Myanmar, alcanzando también la vecina Tailandia, la India y el suroeste de China.

El sismo, que tuvo lugar al mediodía (6:00 GMT), ha producido una gran devastación, con edificios y otras instalaciones derrumbados en varios países, donde se teme que haya cientos de víctimas mortales.

Por el momento se han contabilizado 3 fallecidos al derrumbarse un rascacielos en construcción en la capital tailandesa, Bangkok, donde hay al menos 81 obreros desparecidos.

El epicentro se situó a 16 kilómetros al norte de la ciudad birmana de Sagain y muy cerca de la segunda localidad del país, Mandalay, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

La sacudida rompió carreteras, que quedaron surcadas por profundas grietas, derrumbó edificios y arrasó el conocido Puente Ava.

El nivel de devastación obligó a la junta militar que gobierna el país a lanzar un inusual pedido de ayuda internacional y a declarar el estado de emergencia en seis regiones.

La Unión Europea, Francia e India ya expresaron su disposición a enviar ayuda.

El terremoto, cuyo epicentro se situó cerca de la ciudad birmana de Mandalay, estuvo seguido de una fuerte réplica de magnitud 6.4 unos minutos después y desde entonces continúan los sismos en la zona.